Totalmente inmóvil y fotografiando la hermosa flor de la Aljaba o Fucsia, Lago Tromen me regaló la posibilidad de retratar a su habitante emplumado más frágil y veloz, el colibrí patagónico. Entró en el campo focal de mi cámara, zumbando desde mi espalda, rozando con sus alas mi oreja derecha, y posicionándose frente a mí para libar el néctar andino.
lunes, 28 de septiembre de 2009
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